Wednesday, August 20, 2008

El diploma

En mi anterior post trataba de dos grandes actores que interpretaron con frecuencia (y excelente pericia) papeles de sinverguenzas en el cine. Pero lo que hace su sirvengonzonería atractiva era el hecho de que esta ya era conocida/sospechada por el resto de personajes, en lo que constituía un juego entre gatos y ratones de los que se disfruta en los mundos de ficción.

Pero ojo con los sinverguenzas del mundo real: son como lobos vestidos con lana de ovejas, y que desgraciadamente, en un pais en el que se valora más la picaresca y al avispado que es capaz de vivir sin darle con un palo al agua, es doblemente gravoso... Desengañémonos: ser responsable, diligente y competente, en España, equivale a ser el menos espabilado de los nativos de la lejana Mongolia: de ahí que los catalanes solamos ser sujeto frecuente de chistes, en que nuestro natural hacendoso resulta motivo de hilarante cuchufleta: mira que somos burros, trabajando de sol a sol y de luna a luna.

En fin, os voy a explicar una historia escalofriante sobre lo peligrosísimos que son los sinverguenzas en la vida real.

Hace unos añitos, en la imprenta en la que trabajaba, el jefe me llamó a su despacho para asesorar técnicamente a un cliente. El cliente, un viejo conocido suyo, quería hacer una copia de un diploma de ingeniería. Por lo visto, no le valía una fotocopia, incluso a color, ya que quería una copia E-X-A-C-T-A del diploma, ya que, decía el, era para tener una copia en el despacho, mientras se guardaba el original a buen recaudo. Le pregunté que en ese caso tal vez era mejor ir a un notario a realizar una copia compulsada, o ponerse en contacto con el Ministerio de Educación para pedir a una copia.

"No, no me entiendes" dijo el cliente, "Quiero este tipo diploma, pero con otro nombre". Mi jefe y yo nos cruzamos una significativa mirada. Vaya si le habíamos entendido. Como intentándolo arreglar, el cliente añadió "es que el original con el otro nombre no lo tengo a mano". Sí, claro.

Muy claramente, el tipo nos tomaba por tontos y nos pedía ser cómplices de una falsificación. Mi jefe, que por la vieja amistad de la era "hippy" con este cliente, no se veía capaz de plantear abiertamente un "ni hablar del peluquín", claramente me había convocado para ejercer de poli malo.

Así que, desde un punto de vista símplemente técnico, le desarbolé los planes al aspirante a falsificador: una copia E-X-A-C-T-A era imposible de obtener mediante la habitual impresión a cuatricromía, ya que los colores del original eran tintas planas y una copia con aspiraciones precisaría de una costosa impresión de varias pasadas, por no hablar del papel, de un tipo especial y con aguas (entre otras medidas básicas de seguridad), que había tintas metalizadas creadas específicamente por la Casa de la Moneda para esos diplomas (y por tanto, difíciles de reproducir con exactitud). Por no hablar de las delicadas filigranas impresas en tinta plana, y muy tenue, que iban a suponer muchas horas de trabajo para conseguir unos clichés mínimamente satisfactorios... Vamos, que le iba a costar un riñón, y que aún así, no sería una reproducción exacta.

Al parecer mis explicaciones fueron suficientes para disuadir al aspirante a ingeniero fraudulento, y mi jefe pudo escaquearse de hacer algo ilegal sin quedar mal con su viejo conocido. El tipo marchó sin conseguir su propósito dejándonos a mi jefe y a mí con la cívica satisfacción de haber evitado el fraude a una tercera persona.

Pero tal vez su amigo encontró un individuo que, con menos escrúpulos, sí le hiciera una copia, no exacta, pero si lo suficientemente similar como para dar el pego en un despacho... Tiemblo tan sólo de pensar el mal que puede hacer un ingeniero" ful" suelto en estos pasados años de "boom" inmobiliario... ¿Cuantas obras no se habrán realizado al albur de la burbuja del tocho sin las menores garantías? ¿Cuanta gente no se habrá embarcado en una hipoteca de décadas por una casa cuyo techo se puede desplomar sobre sus cabezas?

8 comments:

dvd said...

Escalofriante pero cotidiano.
Por cierto... estooo... saqué el otro día del banco 500 euros en uno de esos billetitos tan monos y, bueno, me preguntaba si podrías hacerme, no sé, digamos unas cuantas copias. Es que soy un sentimental y no me gustaría perderlo de vista tan pronto. Si no te cuesta nada, mujer... vaya... estos catalanes siempre con la cosa de la integridad. En fin...

Gloria said...

XD

Bueno, amigo DVD, aún no he tenido el gusto de tener entre mis manos semejante billete, aunque, habiendo visto ejemplares de notas de menor valor pecuniario, me adelanto a decirte que le empresa sería tan ardua que más vale conseguir otros ejemplares con el sudor de tu frente ;p

Piensa, que incluso si nos olvidamos del papel, cuya autenticidad es discernible al tacto, de su marca de agua, de tirilla iridiscente metalizada y la tirilla transparente, o las fibras especiales contenidas en la pulpa del papel (sólo detectables con luz ultravioleta), aún nos queda una impresión sumamente delicada en la que el registro ha de mantenerse a rajatabla, dado que las filigranas, aparte de altamente intrincadas cada una en su color, se entremezclan con las de otro color en delicados degradados: y a simple vista veo no menos de ocho tintas planas diferentes que hay que clavar la una sobre la otra.

Además, el trabajo no se podría realizar mediante impresión offset, sino mediante impresión tipográfica, y hoy en día no es fácil encontrar imprentas que sigan usando estas máquinas, y menos con la "afinación" requerida para realizar un trabajo de tamaña y sofisticada delicadeza.

dvd said...

Excusas, excusas...

Gloria said...

;P

...y, básicamente, por aquello de que "es mejor lo malo conocido...", ya que mi piso es pequeño, pero al menos es más grande que las celdas de Wad-Ras o Can Brians

Francesco said...

Allucinante...

Anyway, he might be able to pull off some scam, but I doubt he'll actually make projects/get something built.
If it's like in Italy, you need to be registered to a professional order to receive the various endorsements/permissions required to do it.

Gloria said...

Yes, he would need to be registered and have an official title to do anything officially, but there are grey areas and small business where a fictitious engineer can do harm (however slight).

In Spain we have the recent example of the former head of the Guardia Civil, Luis Roldan, who pretended to be an engineer (actually, the highest position he ever held at a work was an industrial Chronometerist), a heel who succeeded in climbing positions, and used his position to amass a fortune by stealing from public funds: by the time he was aprehended and sent to jail he had done extensive harm.

Jaime Sirvent said...

Desde luego, hay que ver la cara dura y la sinvergoncería que tienen algunos. Es realmente lamentable que haya gente así.

Por cierto, sé que es tu trabajo, pero aún así me has dejado perplejo con tus conocimientos sobre impresión, difícil lo tienen las editoriales de cómics para darte gato por liebre. Un saludo.

Gloria said...

Pues si, la verdad es que en su momento sólo me plantée "Que morro tiene este tío!", pero con el tiempo piensas en lo peligroso que puede ser tener un individuo con un diploma suelto por ahí.

El mundo de las artes gráficas es fascinante, aunque trabajas un montón de horas, ya que, quitando las especialidades más "atractivas" (Diseño, maquetación y preimpresión: que por ser más molonas, tambien suelen ser las peor pagadas), pero en impresión y manipulación el personal suele ser escaso, quizás por que se suda más.

Yo tengo la suerte -o la desgracia- de que me gusta mi trabajo (lo de desgracia lo digo porque hace años que el sector no se caracteriza por tener sueldazos, precisamente)

De cómics impresos algo se, algo sé... no pedo entrar en detalles por aquello del secreto profesional, pero te sorprenderías de saber que la muchos comics que puedas encontrar a la venta en una tienda no pasan de los 4.000 ejemplares impresos.

 
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