Tuesday, January 13, 2015

Queso de bola

Hice bachillerato en un instituto de secundaria público. En el insti éramos gente variada: algunos iban a clase en moto y algunos íbamos andando. No vengo a decir que había diferencias de clase exageradas pero si que había quien tenía padres algo más afluentes que otros.

Recuerdo un compañero, S., no mal chaval pero tampoco excesivamente brillante. Su padre tenía un negocio de cristalería en el barrio que le iba bien, y las compañías de S. fuera de clase eran los típicos pijos de barrio con jersey de Privata (1). Una vez S. nos explicó, la mar de divertido, que él y sus amigos pijos iban a El Tajo Británico(2) a robar ropa de marca. No puedo responder por la reacción de todo el mundo ante esta gracieta, pero yo y algún que otro compañero encontrábamos poco presentable su acción, ya que una cosa es robar por necesidad y otra, teniendo dinero de sobras para comprar una prenda, hacerlo por "diversión".

Ya se que a los apolojetas del robo porque "otros roban más" les puede chocar que yo encuentre censurable un pequeño robo como ese. Entiendan que no tengo especial querencia por los grandes almacenes que los pijines escogían para sus traviesos safaris, pero el robar por deporte no me gusta, sea hacerlo por cantidad de un euro o por varios millones. Puedo excusar a quien lo hace por un caso de extrema necesidad, pero de no ser así, el hecho de que el mundo esté lleno de grandes chorizos no justifica eso: si robas, simplemente te unes a su club, aunque sea de manera porcentualmente ridícula.

Si piensas que estoy aquejada de pensamiento viejuno, te explicaré una historia que no tiene ni diez años: el hijo de unos amigos míos, entonces adolescente, fue de vacaciones a Holanda con un grupo de amigos. Una vez en Holanda, dos muchachos del grupo, a modo de bromazo, se propusieron guindar un queso de bola en un supermercado. Los pillaron. Acto seguido, pusieron a los maleantes amateurs de patitas en la frontera y con una ficha policial vinculada a su pasaporte que dificultaría futuras visitas al pais.

En honor a los padres de los chicos implicados, he de decir que, si bien a su parecer la expulsión de Holanda les pareció exagerada, entendieron que robar en un supermercado "por diversión" era sin duda una falta. Personalmente, yo creo que una multa hubiera sido más apropiada y más, teniendo en cuenta que era una primera vez. Vamos, que tambien a mi me pareció severa la expulsión del pais.

Pero luego pienso: Holanda es un lugar que desde hace mucho tiempo nos lleva la delantera en lo que a respeto por las libertades de refiere, podría empezar por los sefardíes que, tras ser expulsados de España, se establecieron allá hace siglos, y acabar con su tolerancia (pionera en Europa y el mundo) con el consumo de drogas. Que un pais que durante siglos ha acogido refugiados de todo el mundo y que está acostumbrado a un mayor régimen de libertades no tolere el robo de un queso por parte de unos guiris, da que pensar.

Pese a que el nivel de estado del bienestar holandés mejora al español, no sé si algún ciudadano holandés moderno se habrá visto en la necesidad de robar un queso de bola de una tienda, pero dudo que en su caso le expulsaran del pais: sospecho que la contundente ejemplaridad con los dos muchachos no era tanto un "prohibido robar" (que también) como "Turista: eres bienvenido como visitante, y estaremos encantados de que disfrutes de nuestro país siempre que ello no implique dar por saco a sus habitantes".

En fin, le estaba dando vueltas a estas cosas porque por un lado veo que nuestros empresarios de lo turístico ponen el grito en el cielo cuando se les cuestiona que hagan negocio potenciando un turismo gamberro y beodo en nuestras costas, y sin embargo, no veo que en otros paises tengan miedo a perder turistas cuando uno se pasa de la raya y le tienen que dar el toque: es lo que tiene diversificar la economía productiva.

En segundo lugar, sería interesante comparar los niveles de corrupción hispanos con los holandeses, y me pregunto que la diferencia entre unos y otros no vendrá marcada por la diferencia en el trato a los turistas que no tienen respeto a los nativos. Queda claro que en Holanda tienen claro su tradicional respeto a las libertades pero tambien tienen claro que hay líneas que no hay que sobrepasar, ni que seas un turista adolescente con unas relativamente inocentes ganas de cachondeito.

Ahí se lo dejo a nuestros bienamados empresarios de la Cosa Nostra Turística: hay paises que tienen turismo sin necesidad de bajarse los pantalones ni tolerar que el turista se mee encima de tus paisanos.

Nota:
(1) El jersey de la Marca Privata, era en los 80 el distintivo del pijo o peor, del pijo de barrio "quiero y no puedo" que sin duda era despreciado por los pijos pata negra de los barrios altos.
(2)No soy fan de estos grandes almacenes pero tampoco quiero hacerles publicidad

Wednesday, January 07, 2015

Sit down, you're rocking the boat?

Cuando cursaba EGB en un colegio de monjas de no muy agradable recuerdo, las alumnas teníamos una especie de red de lecturas clandestinas, entendiendo por ello revistas no aceptables a los ojos de las hermanas para la correcta formación de nuestras tiernas mentes infantiles o pre-adolescentes. Estas perniciosas lecturas solían ser devoradas en grupo y en algún rincón del patio alejado del control de monjas o maestras de guardia.

Yo solía detestar las más habituales (imagino por su caracter alienante y enmarujante), que eran el SuperPop y el Nuevo Vale (una versión junior de la revista Pronto). Yo solía traerme el Fotogramas (1), que en una ocasión en la que traía un reportaje sobre ídolos pop juveniles de la época y que las compañeras me dejaron destrozaíca, ante mi estupefacción ¿como era posible que les gustara más Pedro Marín que Frank Sinatra o Los Beatles? (Nací con gustos viejunos, lo confieso).

El caso, es que a veces se colaban otras revistas aún menos recomendables, pongamos Interviu y alguna que otra revista de adultos por el estilo. Recuerdo que en una de ellas leí una historieta de Wolinski sobre la evolución de la pornografía: empezaba con el fotógrafo solicitándole a la modelo que mostrara un pecho y en las siguientes viñetas, la modelo se iba desprendiendo de su ropa ante la exigencia del fotógrafo de que aquello era "lo que atraía a los lectores", llegando al punto de exigirle mostrar la parte interna de sus genitales. Al final, el fotógrafo concluía que habían llegado a un punto en el que "lo que en realidad va a atraer a los lectores es una imagen de un intelectual leyendo": viñeta del fotógrafo en pelotas sujetando la revista, con la modelo, ahora vestida, haciendo la foto.

También recuerdo una de las peores fotos a doble página que he visto en la vida, que aparecía en un Interviu que una compañera había traido y que mostraba el cadaver del conserje del edificio en el que se ubicaba la redacción de El Papus, tras la explosión de un artefacto enviado por unos terroristas ultras para vengar la afrenta que para ellos suponía la existencia de aquella revista satírica.

Portada de El Papus de los 70 perfectamente aplicable a nuestros días

Fue un atentado sin culpables, sin condenas, sin juicio, con un muerto y 17 heridos que nunca recibieron indemnización ni reconocimiento como víctimas del terrorismo. Dato curioso, el ministro de Interior en aquella época de modélica transición era Rodolfo Martin-Villa, un individuo que tras su retirada de la política ha conocido esa dolce vita de los altos despachos de grandes empresas (ese premio a la gente que sabe arrimarse a buen árbol). Me parece significativo que la única vez que a este tipo se le han pedido cuentas ha tenido que ser desde un juzgado argentino (aquí nunca hemos cuestionado que tras la muerte de Paquito todo el mundo se despertara, de un día para otro convertido en "demócrata de toda la vida", y así nos luce el pelo).


Haz el amor y no la guerra, mira que el slogan tiene años, y ni con esas

Sólo os recomendaré ver el reportaje El Papus. Anatomía de un atentado en este enlace: Me resultan curiosas las declaraciones de algunos personajes que dicen la mar de panchos que la revista, para ellos, era tan deleznable, que sin duda el atentado era un castigo merecido a tanto descaro jipicomunista, aunque ojo, se apresuran a añadir, que-conste-que-yo-no-tuve-nada-que-ver-eh.

En fin, ya me disculpareis por la perorata, pero hoy, y con intencion similar a los autores del atentado a El Papus, unos cabrones sin sentido del humor han asesinado a 12 personas, entre ellas Wolinsky y varios compañeros de redacción de Charlie Hebdo. Cantaba Stubby Kaye en Ellos y ellas que yendo en bote al Cielo, mejor no liarla para no volcar pero hoy, francamente, no estoy de humor para mantenerme en el asiento.
Notas: (1) Por aquel entonces de periodicidad semanal.
 
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