English abstract: I'm a citizen paying First World taxes to get Third World services
Soy una persona de habitos, si no exactamente sanos, al menos poco suicidas.
Voy al médico lo mínimo... Vamos, sólo cuando duele bastante o estoy con 39-40 de fiebre y tengo que recoger un papel para justificar a mis superiores laborales los motivos de una baja. De media, una vez al año, y a veces menos.
Pues bien. Yo trabajo en un lugar en el que estoy en contacto con multitud de productos peligrosos. Mujer precavida, ni me los bebo, ni los manipulo sin guantes. Sin embargo, recientemente, en el fragor de una limpieza del gran maquinorro con el que trabajo, se ve que en algún momento se agrietó uno de los guantes y alguna sustancia agresiva tomó contacto con mi piel.
Al principio era sólo un pequeño sarpullido, a ratos lleno de ampollas, como si hubiera metido los dedos en un bidón de gas mostaza, pero se ha ido extendiendo, y, bueno, antes de que me tome por completo y me convierta en un ultracuerpo o similar, me he dicho "pues voy al médico a que me lo mire". Antes voy a la farmacia para ver si tienen una pomada para irme aliviando. Un tanto alarmada, la dependienta me dice que tiene mala pinta y que debería ir, directamente, a urgencias.
Así que voy al Centro de Asistencia primaria. Olvídense de las "urgencias", porque de urgencias nada: dicen que hay que llamar y pedir hora (Si fuera obrera de la construcción y me descalabrara desde un andamio, no sé como cojones me las iba a apañar para llamar y pedir audiencia para ser atendido de urgencias). Así que voy a la entrada de admisión general.
Le explico suscintamente a la persona que me atiende (que es, eso sí, muy amable) y le enseño mi can-ne herida. Pues va y me suelta: "pero si trabajas en una empresa, deberías ir a la Mutua"
Sabeis, este es ese momento que, en un tebeo de superheroes, vendría acompañado por un texto tipo "En ese momento, algo se rompe en su interior"... Y sí, no puedo evitar contestar "¿No me pueden atender ustedes? Yo pago mis impuestos, ¿sabe?"
Si, yo pago mis impuestos. En concreto, de un sueldo mensual claramente por debajo de los 1000 euros (¡aún se quejan los mileuristas! ¡ya quisiéramos muchos/as!). De este sueldo, aparte de lo que cada mes ya me descuentan del IRPF, tengo que pagar cada junio al voraz ministerio de Hacienda el equivalente a dos salarios netos. Si señores, dos meses al año no bebo, ni como, ni respiro, ni duermo, ni me compro tebeos, para que el tito Solbes -o su sustituto de turno, el partido me es indiferente- se quede a gusto. La verdad es que me mato a hacer horas extras sólo para poder pagar Hacienda... No para irme de crucero por el Caribe, comprarme los Omnibus y los Hardcover Edition de Daredevil, no, sino para pagar a la PUTA Hacienda.
Me consolaba el hecho de que mi ejemplar esfuerzo cívico iba destinado a que el estado proporcione una educación laica y de buen nivel a todos sus ciudadanos, a que todos tengamos una atención médica eficaz y a que nuestros mayores tengan derecho a una bien merecida jubilación (con la cual puedan sufragar los costes de la Play, los fines de semana en la nieve,los botellones y las pastis de sus nietos)
Pero no, mis impuestos son para estar como una borrega en andenes de Cercanías porque RENFE (trenes estatales) funciona de pena, para tener que pagar peaje/diezmo cada vez que quiero salir en coche del area metropolitana de Barcelona, para que ciertos tertulianos de la Santa Madre Iglesia se puedan pimplar dos botellas -o tal vez más- de Cognac Napoleon (V.S.O.P.) antes de demostrar cuan borrachos que están desde sus púlpitos radiofónicos... y para que me manden a la Mutua.
Evidentemente, he presionado por mi derecho a ser atendida por la Seguridad social. Igual sí que puedo solucionarlo por la Mútua (que, indudablemente, lo solucionará antes de que el médico de cabecera me dé cita con el dermatólogo para dentro de un mes -mínimo-). Pero no pago a Hacienda DOS PUTOS SUELDOS AL AÑO para no tener ni el derecho a ser atendida por el sistema público de salud que tan generosamente ayudo a costear.
Claro que iré tambien a la Mutua, pero por mis ovarios que tendré un doble diagnóstico si es preciso. Aunque sólo sea por lo que me cuesta.
February is Laughton season in New York!
9 years ago
4 comments:
Que bien vivimos los estudiantes mantenidos, sin cosas de esas...
Olaf, tu comentario me ha hecho reflexionar.
Porque he estado pensando en los tiempos en que iba al instituto, y sí, tenia un techo sobre mi cabeza y comida en la mesa, pero, poco, muy poco dinero para dedicarlo a vicios.
Entonces soñaba en el día en que tendría un sueldo y sería independiente...
Ahora sigo teniendo techo sobre mi cabeza (hipoteca antigua, gracias a Dios), comida en la mesa... y poco dinero para vicios!! Leches, para este viaje no me hacían falta alforjas.
Quizás la verdadera época dorada de la vida es esa en la cual nuestras únicas preocupaciones son "tero teta", "Tero mimir" ("dormir") y "limpam'el culete".
Y no sé por qué me ha venido a la cabeza esa vieja historieta de Alan Moore en la que un hombre vivía su vida del revés, empezando por su muerte y acabando en su nacimiento.
Cierto era q no tienía ni un duro... Pero para eso está trabajar en verano!
Ahora estoy mantenido, y tengo 800 euros q puedo administrarme trankilamente hasta navidad por lo menos
Lo de trabajar en verano (o a tiempo parcial) es una cosa que realmente envidio de ahora.
En mis tiempos (¡jó, vaya coletilla de abuela! XD) había tanto paro que para cualquier trabajillo (dependiente, camarero, recogedor de fruta) tenías que ir con recomendación y hasta certificado de limpieza de sangre. Yo creo que los de mi quinta aún llevamos cierto estigma por eso: yo he llegado a estar parada, y buscando trabajo, me he encontrado que no me lo daban "por tener demasiado currículum"... sigh!
Hoy en día, los estudiantes tienen la opción, por lo menos,de trabajar en un telepizza o similar... no es la gran cosa, pero al menos llega para pequeños vicios.
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