Aquí los tenemos reunidos por primera vez para planear el golpe, aunque alguno de ellos no está convencido de que sea una buena idea...

Castrillo: ¡Os habeis vuelto locos, parece mentira!

Enriqueta: ¡Señor Castrillo, esto es un negocio como otro cualquiera!
Castrillo: ¿Negocio? ¡Ésto es un robo como la copa un pino!

Galindo: Nosotros somos incapaces de robar a un semejante... ¡Pero un banco no es un semejante!
Martínez: ¡Ahí, ahí!

Galindo: ¿Quien pierde el dinero que se roba en un banco?
Cordero: ¡¡Los clientes, no!!
Galindo: Los accionistas lo descontarán de los beneficios que no declaran...
Cordero: ... ¡Y lo contarán en las pérdidas que declaran!
Enriqueta: ¡Y lo cobrarán al seguro!
Galindo: ¡Y no lo pagarán a Hacienda!
Martínez: ¡Aún van a salir ganando dinero!
¡Ay! Que poco han cambiado las cosas ¿Eh? Pues ya sabeis: quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón...